[EVENTO] Saludos matutinos
Desde lo alto del ayuntamiento, al lado del escudo con las llaves de la ciudad coronado por un murciélago me situaba observándola. Desde que fui declarado prófugo cada mañana a las 10 ella salía para hacer el saludo al sol. Entonces yo hacía el saludo a ella. Pero ella nunca me veía. La miraba y la velaba. Ellos veían un acto adulterino en ello, nada más lejos de la realidad. La única verdad que conozco es que ella guardaba las llaves de mi libertad, la belleza era secundario en nuestra historia. La perduración de mi historia llegó hasta mi muerte. Ni un solo día falté a saludarla, ni un solo día logró verme.
—¿Cómo vas a terminar este microrrelato así? No es justo.
—¿Quién te ha dicho que la vida tenga que ser justa, muchacho?
2 comentarios
Stiby T · abril 10, 2020 a las 9:41 pm
Diría que has usado las palabras con vocales (veo ayuntamiento, perduración y murciélago), y el final es de la princesa prometida (lo de que la vida no tiene por qué ser justa). Me falta otras condiciones pero no las veo tan claras jajaja.
Érica Fortuny · abril 10, 2020 a las 9:43 pm
Gracias por comentar Stiby.
Hay más, hay mas jajaja Pero bien vistas esas tres palabras y la cita de La princesa prometida.